Pareces estar muy atraído por los ejercicios de yoga y por la meditación, y me pregunto si tu vía no está ahí. R. se ha mantenido en la plegaria, pero nunca ha podido abordar el hermetismo experimental y físico, ni siquiera ha podido leer a los hermetistas. Te equivocas en lo que respecta a las intenciones de los verdaderos hijos de Hermes sobre la respiración y otros ejercicios yóguicos, pues no los necesitaban al disponer de algo mucho mejor a su disposición, y estos grandes yoguis no son más que aprendices al lado de los santos poseedores de la piedra filosofal. En cuanto a la respiración, todo el secreto consiste en ralentizarla al ritmo del sueño y luego suspenderla para interrumpir al mismo tiempo los estímulos mentales y así alcanzar la santa idiotez de la que te he hablado, pero ello se puede lograr de otra manera y, de todos modos, eso no es más que una etapa en la búsqueda del Perfecto.
Si el yoga te satisface, debes perseverar, pero sabiendo que no es más que un medio y nada más. La llamada postura perfecta basta para todo, es decir, para la meditación, la oración, la alabanza y el silencio.
El yoga es nulo para el hermetismo y muchos yoguis mueren de enfermedades muy ordinarias y permanecen muy ignorantes del comienzo y del fin de todas las cosas.
El yoga utiliza la prima materia en estado gaseoso no especificado, mientras que los adeptos la poseen en estado condensado corporal, que tiene una potencia 100.000 veces mayor. No te empeñes con las respiraciones, ya que la vida es simple en sí misma y respirar constantemente forzándote es un trabajo peor que el estajanovismo.