1904 - 1953

1904
– El 17 de agosto, a las 5.55 h, nace en Valenciennes Louis-Ghislain Cattiaux, el menor de cuatro hermanos, en el seno de una familia originaria de Nord-Pas-de-Calais. Su padre, Étienne Cattiaux, pintor de carruajes, nació el 21 de febrero de 1851 en Cambrai. Se casó con Palmire Séraphine Fiévet (nacida el 19 de diciembre de 1866) el 13 de diciembre de 1884 en Valenciennes. Sus hijos fueron Étienne (1884 – 1959), Marguerite (1888 – 1973), Marie-Germaine (1894 – 1960) y Louis (1904 – 1953). Su padre falleció el 26 de abril de 1926 a la edad de 75 años, cuando Louis tenía 22 años. Su madre murió el 27 de junio de 1919, cuando él tenía 15 años. Fue criado principalmente por su hermana Marguerite, 16 años mayor que él, con la que mantuvo una estrecha relación el resto de su vida.


1914
– A los diez años, fue evacuado a la región parisina con su hermana Marguerite e ingresó en el internado de Hanley, que recordaba con máxima aversión:
Los pensionados son los más espantosos recuerdos de mi infancia… Estos internados son el recuerdo más horroroso de mi infancia… Las injusticias y los sufrimientos experimentados durante la infancia marcan profundamente a los seres y cada uno reacciona según su temperamento, pero la sensibilidad permanece siempre a flor de piel sólo con el recuerdo de la maldad gratuita de ciertos educadores (Cf. Correspondencia de Louis Cattiaux con James Chauvet, Gaston Chaissac y Serge Lebbal, La Puerta, Arola editors, 2018, p. 70.).
1922
– A los dieciocho años, empieza a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios, pero se ve obligado a dejar sus estudios para cumplir con sus obligaciones militares. Luego, es enviado a Renania, a Ruttenscheid, para la ocupación francesa, donde es reclutado por un período de 4 años. Posteriormente, obtendrá el título de técnico superior en mecánica.
1928
– Conoce a Henriette Péré en Le Mée, en Seine-et-Marne.
– Se comprometen, pero la distancia los separará durante algunos meses, ya que el destino lo lleva a viajar a Dahomey, donde será empleado en una empresa comercial. Continúa esbozando y dibujando, y trae de Francia una serie de pinturas y acuarelas.


1929
– A su regreso a Francia, se incorpora a una compañía de seguros para realizar prospección comercial y conseguir contratos. Animado por su esposa Henriette Péré, se dedica cada vez más a la pintura y frecuenta los círculos literarios y artísticos de la vanguardia parisina. Pinta para su hermana Marguerite «Las Fábulas de La Fontaine».
– Completamente autodidacta, Cattiaux desarrolla en esta época una técnica de pintura muy personal, al cuchillo, que requiere mucho tiempo. Con esta técnica, la pintura se convierte en materia. La pintura con cuchillo exige tener una visión más sintética de la obra y sugerir en lugar de representar con exactitud. A menudo se considera a Courbet como el pionero de esta técnica, pero parece que este procedimiento se remonta a Tiziano, según informa Vasari.


1932
– Louis Cattiaux y Henriette Péré eligen domicilio en la planta baja del número 3 de la rue Casimir Périer en el 7º distrito de París, donde crean una galería de arte llamada Gravitations, en honor a la antología poética de su amigo Jules Supervielle, publicado en 1925 y del cual toman el nombre.
Este personaje poco ordinario, nacido en Valenciennes en 1904, vivió en París en pleno Barrio Latino, con su esposa Henriette y su gato Poupinet, un hermoso persa, al que a menudo acariciaba llamándolo con humor: «¡Mi gran Jesús!» Se puede entender esta denominación, que es algo irreverente, si se recuerda que el gato es el emblema de la Palabra de nuestro Maestro Hermes, porque dice Miau, las cuatro vocales del Nombre divino; es IAKHOU para los antiguos egipcios, o HELOUIA que, según Louis Cattiaux, es el verdadero autor del Mensaje Recuperado, su obra principal (Charles d’Hooghvorst, «El Verbo perdido y reencontrado» conferencia pronunciada en ocasión del «Coloquio de E. Canseliet» que tuvo lugar en la Sorbona los días 4 y 5 de diciembre de 1999, y publicada en la revista «L’alchimie», Arcadis Ed., n° 6, enero – marzo 2001).
1933
– Publica en la editorial Sagesse una serie de diez grabados en madera para ilustrar la colección de poemas Ariston de su amigo André Guilliot, quien tomará como segundo testigo principal de su matrimonio civil en 1935.
1934
– Firma el Manifiesto del Transhylismo junto con los pintores Jean Lafon, Pierre Ino, Erik Olson, Jean Marembert, René Paresce, Lucien Coutaud, el escultor Étienne Beothy , con el apoyo de los poetas Jules Supervielle, Fernand Marc y Louis de Gonzague Frick, con quienes mantenía una estrecha relación.
– Cattiaux expone en el Salon des Indépendants et des Surindépendants, «La Belle Ferronnière»: Lo que caracterizaba Salon des Surindépendants, que tenía como lema «Independencia y disciplina», era que la gran mayoría de las pinturas y esculturas expuestas eran obras imaginarias. El hecho de que los Surindépendants reservaran aquel año un lugar para los Surrealistas indica bastante la tendencia de un grupo que no duda en evadirse por todos los medios de los caminos y senderos trillados. Neoimpresionistas, neocubistas, neofauvistas, expresionistas, efusionistas (para emplear la palabra que usaba sonriendo Mendès France, el presidente del grupo y uno de sus pintores más finos), musicalistas tal vez, fantasiosos en todo caso sin dudarlo nunca, los expositores del Salón de los Surindépendants son casi todos visionarios (Cf. Gabriel-Joseph Gros «Les Surindépendants», en el diario Beaux-Arts, 3 de noviembre de 1933, p. 3).


1935
– El veintitrés de abril de mil novecientos treinta y cinco, a las diez horas y treinta minutos comparecen públicamente ante el Registro civil del Ayuntamiento del séptimo distrito de París Louis-Ghislain Cattiaux, artista pintor, nacido en Valenciennes el 17.08.1904, domiciliado en París, 3 rue Casimir Périer, y Henriette Alberte Péré, directora de galería, nacida en Manciet (Gers) el 09.08.1904, treinta años, domiciliada en París, 3 rue Casimir Périer, para declar contraer matrimonio.
– En aquella época, Louis Cattiaux abandona la pintura con cuchillo y pinta «La Fuite en Égypte». Está preocupado por la técnica pictórica y consulta a Raoul Dufy sobre los médiums utilizados y desarrollados por Jacques Maroger.
– Poco después, la galería «Gravitations» deja de existir, pero los Cattiaux continúan viviendo allí y realizando exposiciones privadas.










1936
– Exposición en la Galería de Berthe Weill (denominada «La pequeña galerista de los grandes artistas»), en París, de dibujos y acuarelas de una cuarentena de artistas (tres generaciones) desde el sábado 12 de diciembre de 1936 hasta el 10 de enero de 1937: Cézanne, Lautrec, Pascin, Od. Redon, Makowski, Renoir, Fernand Siméon, Zak, Barat-Levraux, Cl. Bertrand, G. Bouche, G. Capon, Cattiaux, Chagall, Charmy, Chirico, Dagoussia, Derain, Despiau, Dufresne, Raoul Dufy, Eisenschitz, Floch, O. des Garets, Gimmi, Hecht, Hermine-David, Kars, Kayser, Sra. Laurencin, Lhote, Maillol, Vergé-Sarrat, Welsch, Matisse, Mercédès-Legrand, Peronne, Picasso, Rouault, Savin, M.-L. Siméon, Simon-Lévy, Francis Smith, Alice Thévin, Utrillo, Valadon. (Cf. Marianne Le Morvan: www.bertheweill.fr/expositions).
– Para Cattiaux se consolida un periodo de introspección, en el que un creciente interés por la Alquimia y la Búsqueda del Absoluto se suma a las inquietudes técnicas de la pintura, lo que renueva los temas de sus obras.
1938
– Ya ha iniciado la redacción de una parte del Mensaje Extraviado que fue posteriormente saqueado por las hordas de civiles franceses en fuga en 1940 en Douchy (Loiret). Retomará la redacción de la obra bajo el título de El Mensaje Reencontrado.
– En la galería Berthe Weill, famosa galerista de vanguardia, la exposición de los miembros del antiguo grupo «Gravitations» despierta un vivo interés. Expone allí en varias ocasiones: por segunda vez de forma colectiva, del 2 al 30 de diciembre de 1938 junto a Pierre Ino, Jean Lafon, Gio Colucci:
Cattiaux, mientras prosigue con gran éxito sus investigaciones de referentes a la materia, se sumerge en las fuentes más profundas del espíritu y del saber para hacer brotar hábiles transmutaciones coloridas y vivas (Gaston Diehl, en «Tribune des jeunes – Peintres», cf. el periódico Marianne del 14 de diciembre de 1938, p. 19).
1939
– Exposición «Confrontations» en febrero, nuevamente en la Galería Berthe Weill, esta vez junto a: Derain, Dufy, Matisse, Picasso, Rouault, Utrillo, Vlaminck, Ino, Lafon, Colucci (cf. Marianne Le Morvan, ibidem).

– Exposición de pinturas y esculturas del grupo ecléctico en la galería Berthe Weill, a partir del 20 de abril, conjuntamente con Jankel Adler, Beothy, Cattiaux, Colucci, Freundlick, Gonzalès, Pierre Ino, Kosnick, Lafon, Martyn, Metzinger, Péronne, Reth, Smith, Survage (ibidem).
– La exposición del 15 de junio al 30 de junio, también en la galería Berthe Weill de ese mismo año, le está completamente dedicada (ibidem).
– Cattiaux es movilizado en el frente occidental para el periodo inicial (sept.1939 -mayo 1940) de la segunda guerra mundial llamado «phoney war o funny war», y respecto al día de la movilización, escribe la siguiente carta a R. Guénon nueve años después, es decir, el 11 de diciembre de 1949:
Estaba desesperado el día de la movilización general pensando que probablemente iba a una muerte estúpida antes de haber podido cumplir mi búsqueda aquí abajo y que tendría que empezar todo de nuevo, y también pensaba en los peligros, en los dolores que afortunadamente había superado con la ayuda de Dios, dando vueltas en mi habitación principal como un león enjaulado, calculando mis posibilidades de salir con vida, cuando mecánicamente abrí mi Biblia que estaba sobre la mesa y leí esto, donde se abrió al azar: «Caerán mil a tu lado y diez mil a tu derecha, a ti no alcanzarán. Con tus propios ojos mirarás, y verás el castigo de los impíos… » (Salmos 91). Volví a poner el libro en la mesa sin ni siquiera darme cuenta de la enormidad de la respuesta y di varias vueltas más por la habitación, como aturdido, después de lo cual, despertando por así decirlo, llamé a mi esposa y le mostré la cosa para tener la prueba de que no estaba soñando despierto y que la respuesta inaudita estaba realmente allí ante mis ojos. Transcribí este versículo de los salmos en la primera página del Corán editado por Garnier que estaba leyendo entonces, y lo metí en mi mochila y partí sin mirar atrás hacia mi destino, tranquilizado y lleno de fe en mi estrella, lo que hizo que no intentara evitar ser designado para formar un batallón de tanques pesados que fue posteriormente enviado ante Sedan y destruido después de 24 días de combate, sin que yo hubiera visto ni recibido nada, mientras que otros que se creyeron muy astutos tras haberse escondido en depósitos en Bretaña, fueron capturados y llevados a cautividad donde muchos murieron de disentería y otras enfermedades. Lo más curioso es que estando en la línea de combate, no fui capturado, mientras que los demás lo fueron en la retaguardia. (Correspondencia completa entre Louis Cattiaux y René Guénon, Obelisco, 2013, p. 83).
1941
– Cattiaux aprovecha los años de ocupación para frecuentar las bibliotecas de París y copiar en cuadernos numerosos textos alquímicos, que eran imposibles de encontrar en aquella época:
Durante la ocupación, me alimentaba de una manzana por comida. Pero pasaba todo el tiempo en la Biblioteca de París que contiene los secretos del esoterismo y del arte medieval. Literalmente me alimentaba del espíritu de los antecesores creyentes y escrupulosamente artistas.
Cattiaux trajo de estos estudios un tratado de la ciencia pictórica de los siglos XIV y XV. Luego, el material de un libro de máximas (El Mensaje Reencontrado) que reescribió hasta la víspera de su muerte súbita. Finalmente, aclaraciones sobre el esoterismo cristiano (cf. Adolphe de Falgairolle, «Cattiaux, pintor y místico» en L’information artistique, n° 7, enero de 1954, pp. 35 y 36).
Le explica a su amigo Chaissac:
Conozco […] las obras de los filósofos y alquimistas de la Edad Media hasta el siglo XVIII y las de los antiguos sabios, desconocidos para los literatos actuales. Ahí está la belleza, la ciencia, la poesía, la vida y el amor reunidos (Carta a Chaissac, enero de 1947).
– Cattiaux menciona en un diario artístico sus descubrimientos pictóricos:
Teniendo la curiosidad de interesarme prácticamente en las antiguas técnicas de la pintura al óleo y habiendo logrado algunos modestos trabajos en este campo y también algunas pequeñas pinturas, no se me ocurrió, desde 1935, registrar patentes ni crear una marca de pintura, ni abrir tiendas, ni sobre todo «desacreditar» profanamente a los antiguos para hacer resaltar mejor mi pequeña invención. Al contrario, siendo deudor de mi descubrimiento a los trabajos de mis predecesores, solo puedo alabarles y agradecerles en mi corazón y solo puedo imitar su prudencia – es decir, esperar muchos años – para conocer el valor de esta restitución donde la cacoquímica moderna no tiene nada que ver, ya que los medios son simples y cualquiera puede ponerlos en práctica sin laboratorios complicados, sin especialidades indispensables y sin proveedores obligatorios (1 de diciembre de 1950).
– Pinta «La Bella Durmiente o la Alquimia en reposo».
1942
– Participa en el Salon des Tuileries y en la exposición Les étapes du Nouvel Art contemporain organizado por Gaston Diehl, en la Galería Berri-Raspail:
Poseído por un profundo tormento metafísico, no cesa de interrogar con pasión sus visiones para extraer el contenido analítico y plástico. Servido por una bella materia que descubrió hace algunos años, no duda en plantear el problema del hombre y del mundo con una fuerza persuasiva particularmente expresiva. Y su lenguaje simbólico de una armoniosa simplicidad se inscribe en una unidad serena de una rica magia (Gaston Diehl «Sous le signe de l’Esprit» en Les étapes du nouvel Art Contemporain, 1942).
1943
– Participa en la exposición Le rêve et l’imagination dans l’Art organizada por Gaston Diehl en la misma galería. Pinta dos versiones de «L’Homme». Realiza una estancia en Valenciennes.
1944
– Pinta el «Retrato para el «Mensaje Reencontrado» y se corresponde con Lanza del Vasto, de quien pinta el retrato demacrado, después de la estancia de éste en la India, junto a Gandhi.
1945
– Publica un opúsculo de poemas titulado Les Poèmes du Fainéant en Valenciennes. Este año está marcado por una evolución hacia un estilo pictórico cada vez más libre, ya que Cattiaux desea trabajar sobre todo en sus investigaciones herméticas.
– Conoce a James Chauvet (1885 – 1955) con quien mantiene durante varios años intercambios epistolares sobre temas filosóficos (Cf. Correspondencia de Louis Cattiaux con James Chauvet, Gaston Chaissac y Serge Lebbal, op. cit., pp. 9 a 63). Es por consejo de este último que Cattiaux manda enviar El Mensaje Reencontrado a R. Guénon, lo que indirectamente suscitará una reseña de este último en 1948 en la prensa francesa. Cattiaux y Chauvet colaboran juntos en la revista de Théophile Briant, «Le Goéland», especialmente para la redacción de un hermoso homenaje a Guénon, en 1951.

1946
– Termina la redacción de su ensayo sobre la pintura, titulado: Física y Metafísica de la pintura, que Jean Cuttat de la editorial Portes de France se disponía a publicar. Esta edición finalmente no verá la luz en vida del autor. De hecho, unos años más tarde, sobre este ensayo, Adolphe de Falgairolle escribe esta nota en un periódico:
Acabo de tener el honor de leer las pruebas de este tratado en el que Louis Cattiaux alcanza la metafísica del arte por haberlo liberado de sus servidumbres técnicas. Pero, ¡qué diferencia resulta entre la explotación de las torpezas intencionadas o de las incongruencias de una técnica (engaño moderno de derechas o de izquierdas) y la expresión de una verdadera personalidad! En el Arte no se penetra por la astucia, por la fuerza o por la mediocridad. Cattiaux aborda en este tratado la ciencia de pintar con todo lo que hay que saber sobre soportes, impresión, pigmentos, vehículos, fondos, y lo hace sin ningún dogmatismo, por boca de un hombre que ha captado los secretos de los pintores del siglo XV. Tras haber dominado las recetas y soluciones tradicionales relativas a las cuestiones pictóricas, Louis Cattiaux pasa a examinar las razones que impulsan los artistas a pintar. La idea de impresionar al público (?) o la intención de atraer a un comerciante acaudalado no tienen nada que ver con el impulso del verdadero pintor apasionado: liberarse a través de la plástica colorida de una posesión divina o satánica, dirían algunos, y no se les podría culpar si fueran auténticamente diabolicomísticos. Contra lo que se levanta Cattiaux es contra los pseudo-comerciantes, pseudo-amanteurs del arte. Su tabla de valoración de las obras examinadas propone dos valoraciones esenciales, para el alma y al espíritu. Pero ninguna está dedicada al efecto logrado. Contra las falsas emociones, la sinceridad es lo único que vale, expresión de una Fe. Será un pequeño tratado independiente, anti-pedante, erudito en la concepción esotérica y metafísica de la pintura. Comunicaré, cuando esté disponible para el público, su editor, de lo tanto que estoy convencido de realizar un favor a los pintores en general (Diario Le Provençal, 8 de septiembre de 1950).
– Expone en Valenciennes en el Salon du Hainaut.
– La primera edición de los 12 primeros capítulos del Mensaje Reencontrado aparece en París por cuenta del autor. Tras la publicación de esta obra, Cattiaux entablará numerosas amistades e iniciará una correspondencia muy intensa con un gran número de personalidades.
– Entabla una estrecha amistad con Gaston (1910 – 1964) y Camille Chaissac, con quienes intercambia numerosas cartas entre 1946 y 1953. Se relacionan en el Salon des Indépendants.
1947 – 1948
– Expone en Valenciennes en el Salon organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos de las Escuelas Académicas y del Conservatorio.
– Entra en contacto con René Guénon (1886 – 1951), un corresponsal activo, quien ese mismo año 1948 publica una elogiosa reseña sobre El Mensaje Reencontrado en el número 270 de la Revista Les Études Traditionnelles creada por Guénon y editada en París por Chacornac. En su crítica, Guénon califica la obra de Cattiaux de hermética.
– Se hace amigo del escritor Jean Rousselot.
– Organiza una exposición particular en Valenciennes, en la galería de arte instalada por su hermana, 2, Plaza de la República.
– A finales de 1948, Emmanuel (1914 – 1999) y Charles d’Hooghvorst (1924 – 2004) entran en contacto con el autor del Mensaje Reencontrado tras la publicación de la reseña de Guénon, y Cattiaux construye con ellos y toda su familia una sólida amistad, de la cual la intensa correspondencia es testimonio (Cf. «Florilegio epistolar de Louis Cattiaux», Arola Editors, Tarragona, 1999).
La relación entre Cattiaux y los d’Hooghvorst fue de corta duración, pero de una intensidad excepcional. Se extendió por poco más de cuatro años, hasta que el pintor y poeta, en el verano de 1953, dejó este mundo de forma repentina. Se fue, pero sin abandonar a sus nuevos amigos: les legó no solo El Mensaje Reencontrado, sino también el espíritu del que era la clave.
Tras este encuentro, los dos hermanos dedicaron su vida a difundir la enseñanza de Cattiaux: «Simplemente hemos buscado dar testimonio de lo que hemos leído y oído» (Cf. Raimon Arola, Creer lo increíble o lo antiguo y lo nuevo en la historia de las religiones, Beya Ed., Grez-Doiceau (Bélgica), 2006, p. 11).
Los dos hermanos se encargarán de la primera edición completa de los 40 capítulos del Mensaje Reencontrado en la editorial parisina Denoël en 1956 y de dar a conocer su obra en Bélgica, Francia y España.
– Serge Lebbal (1931 – 1955) descubre la primera edición del Mensaje Reencontrado en una biblioteca y se dirige a su autor. De este encuentro nacerá una profunda amistad. Hijo de un emigrante argelino, Serge Lebbal fue un poco el hijo que Louis Cattiaux nunca tuvo. Éste le instruyó, le comunicó el amor por los libros, por los antiguos tratados de alquimia, que Lebbal posteriormente se esmeró en encontrar con una facilidad desconcertante para su amigo: le gustaba presentarse como el «Librero del Rey». Aparece en la vida de Cattiaux como una estrella fugaz. Se corresponde con él semanalmente durante el breve período de 1952 a 1953 (Cf. Correspondencia de Louis Cattiaux con James Chauvet, Gaston Chaissac y Serge Lebbal, op. cit., pp. 91 a 106). Deja este mundo a la edad de 24 años en octubre de 1955.
1950
– Envía al Salon d’Automne: «Maria Paritura» y «Les trois nuits de l’Être». Estas dos obras, aunque aceptadas por el comité del museo además de estar inscritas en el catálogo, no son expuestas. Cattiaux siente una profunda tristeza por ello. En una circular ampliamente difundida, protesta contra la omisión de algunas obras en el Salon d’Automne. Esta falta sería imputable a los encargados del museo que simplemente habrían olvidado subir estas obras del depósito a la hora de su colocación.
1953
– En mayo, viaja a Cataluña y se aloja en el hotel Santa Fé del Montseny con Emmanuel d’Hooghvorst y su esposa. Se queja de los dolores de una enfermedad estomacal que sufre desde los 25 años.
– En junio escribe los últimos versículos del Mensaje Reencontrado.
– El 13 de julio ingresa en el hospital en plena noche para una operación de emergencia, su vida está en peligro. Fallece en el hospital de Suresnes, tres días después, el 16 de julio a las ocho horas, rodeado de su esposa Henriette y de su amigo Charles d’Hooghvorst.
